sábado, 28 de junio de 2008

PASEAR PALACIOS Y REALES SITIOS: LA REAL ARMERIA DEL PALACIO REAL DE MADRID

ISABEL PIQUERAS
Una de las visitas que más apasiona a los pequeños, sobre todo varones , es recorrer junto a sus padres, las armaduras existentes en la colección del Palacio Real de Madrid. Gracias a la restauración que se hizo hace dos años, ahora se encuentran perfectamente catalogadas, organizadas y dispuestas para su disfrute y contemplación. Para su visita hay que pagar la entrada completa a Palacio, salvo los miércoles, que es gratuito. El edificio de la Real Armería está situado en la plaza del mismo nombre, justo frente a la catedral de la Almudena.

El creador de la Real Armería fue Felipe II quien, con una visión de futuro tremenda, prohibió en su testamento de 1594 que fuera vendida o separada su colección de armas y armaduras. Según entramos, a la izquierda, las vitrinas nos muestran las más antiguas, procedentes de la época medieval: como las armas situadas en el Real Alcázar de Segovia, pertenecientes a personajes tan importantes como el Cid, Alfonso X, el Sabio (conviene explicar a los niños lo de las “Cántigas a Nuestra Señora”, o su espíritu tolerante al reunir en su corte de Toledo a los mejores sabios de culturas diferentes) , de Fernando III el Santo o de los nazaríes. Después vemos armas de los Reyes Católicos y de Felipe, el Hermoso. En las cuales se empieza a apreciar como el arte de las armaduras, sigue también las modas del momento.

Pero el centro de la colección son las armaduras imperiales de Carlos V. Realmente, el inventario de la colección se realizó en su época: un precioso y detallista inventario en imágenes de acuarela realizado entre 1544-1558. A fines del s. XV, junto al ideario caballeresco de buscar la gloria de las armas, la fama de buen soldado y poseer unas armaduras que resultaran las mejores desde el punto de vista técnico, también empieza a cuidarse la decoración como medio de transmitir la imagen del poder y de adaptarse a la nueva estética. El abuelo de Carlos V, el Emperador Maximiliano (1459-1519) era un enamorado de las armas de lujo y los juegos caballerescos. Cuando estableció su corte en Innsbruck, creó un importante taller dirigido por renombrados armeros, como los Helmschid y los Seusenhofer, quienes se inventaron la primera guarnición de armadura. Consistía en una armadura de base , y unas piezas que se podían combinar sobre ella, de manera que se adaptaban a las diferentes situaciones ( combate, justas, torneos, parada o desfile ). Inculcó en su nieto ese gusto por las armas. En la armería conservamos la montura y una armadura completa de Maximiliano, más otras que regaló a Carlos. El carácter guerrero caballeresco lo marca, incluso en su bautizo le regalaron un yelmo coronado por un fenix de oro y una espada de oro, y a su retiro de Yuste se llevó una sencilla espada y una bayesta de caza. El Emperador Carlos V fue un auténtico experto, que valoraba el diseño formal de cada pieza, la precisión de la articulación y movimientos de las mismas, su adaptación al cuerpo, el ingenio constructivo. Este entusiasmo también le ocurría con las armas de fuego, los relojes o cualquier aparato mecánico.

En la corte de Innsbruck le forjaron sus primeras armaduras, entre 1511-1514, dentro de un estilo opulento y sofisticado borgoñón, pero esas armaduras infantiles no las tenemos en España. La Real Armería posee armaduras de Carlos V datadas desde su venida a España. Los centros más importantes de producción de este tipo se hallaban en el sur de Alemania (Augburgo, Innsbruck o Nurnberg ) y también en el Norte de Italia (los Negroli en Milán). Ambos tienen características diferentes. Es patente a los ojos de los niños la revolución que causa Filippo Negroli en el concepto de armadura, como puede verse en las vitrinas de la pared de la derecha al fondo de la sala: ahora hay una nueva manera de tratar el volumen, con superficies repujadas muy escultóricas y sofisticadas iconografías donde los héroes de la antigüedad se ponen al servicio de exaltar el poder del Emperador.

En el recorrido se aprecia claramente la diferencia entre las armaduras para la lucha (más fuertes y sobrias en decoración ), de las utilizadas en desfiles o exhibiciones (las de parada ). La elegante decoración renacentista de las italianas las prefería el Emperador para sus armaduras de parada: como la rodela de la medusa, la rodela de la apoteósis de Carlos V (Carlos V como emperador romano triunfante en el carro, rodeado de las figuras de la Fama arriba y la Victoria, junto a él sujetando un escudo, debajo están situados Hércules y Neptuno) , la borgoñota de parada que alude al triunfo sobre los turcos( en la parte de arriba hay un turco vencido, con las manos atadas a la espalda, de los bigotes le tiran dos figuras femeninas que son la Fama y la Victoria)

En la estética destacan imágenes del traje de corte borgoñón , junto a la representación clásica de carácter propagandístico para resaltar la majestuosidad del Emperador. Desde escenas de la famosa batalla de Pavía (1525) en que se hace prisionero al rey francés Francisco I, hasta símbolos de su coronación como Emperador en 1530: el águila, símbolo del Imperio desde la época romana, el mote Plus Ultra adoptado desde 1517, las columnas de Hércules, las iniciales KD ( “Karolus Divus” ). Los cuernos de la abundancia, el toisón de oro, también, desde 1531, como propaganda para hacer frente a la formación de la liga de Smalkanda por los protestantes, aparecen las imágenes de la Virgen en los petos y la de Santa Bárbara en los espaldares. Junto a estas imágenes también hay un rico repertorio decorativo de motivos vegetales, geométicos, figurativos, de corte manierista italiano, bandas grabadas en aguafuerte y doradas alternan con fondos lisos. La campaña de Túnez, en 1535, supuso la primera victoria de un Emperador sobre suelo africano desde la antigüedad. Carlos V representa a ese caballero cruzado que tiene la idea de una monarquía católica universal , donde la fe de unidad a todo ese magno imperio.

En cuanto al mundo netamente hispánico sólo se manifiesta en contadas ocasiones, como en una silla de montar que lleva representado a Santiago matamoros en el arzón delantero.

A los niños les suele encantar los caballos armados igual que el caballero, así como el perro de Carlos V, que también iba protegido. Las armaduras infantiles y juveniles de Felipe II son una joya. Muchas de estas armaduras aparecen reflejadas en cuadros de Tiziano, Sánchez Coello, Pantoja de la Cruz , y no se las inventaban como puede comprobarse tras la visita.


SUGERENCIAS PARA LA SEMANA SANTA EN MADRID

En Madrid se puede vivir una Semana Santa en familia, asistiendo con respeto a las procesiones. Por ejemplo, el Jueves Santo es impresionante asistir en el centro del Madrid de los Austrias a las procesiones de “Jesús el Pobre”, que sale de San Pedro, y el “Jesús del Gran Poder y la Macarena “ que salen de la colegiata de San Isidro. Todas ellas se pueden observar desde un mismo punto (C/Sacramento o Puerta Cerrada ). Conviene ir pronto y situar a los niños en alto. Los más pequeños, para evitar pérdidas o “pises” conviene dejarlos en casa. Suelen salir a las 19.00, pero es mejor confirmar la hora por la prensa.

Después de la procesión se puede acudir todos juntos a realizar visitas a los monumentos de esa zona, sin olvidar la capilla de San Isidro en San Andrés, tras la plaza de la Paja. El viernes sale por otra zona la del Cristo de Medinaceli, que llaman de los “ricos”, en comparación a las anteriores, no sólo por estar en la zona del Palace Hotel, sino por la cantidad de aristócratas que son nazarenos y cofrades.

Muy cerca de Madrid, en Chinchón, escenifican la Pasión por todo el pueblo el Sábado Santo, aunque los actos principales tienen lugar en la plaza mayor.

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