sábado, 28 de junio de 2008

PASEAR PALACIOS Y REALES SITIOS: EL PALACIO REAL DE MADRID

ISABEL PIQUERAS
ANTECEDENTES

Ya en el s. IX, el emir cordobés Mohamed I, construyó una alcazaba árabe en este lugar estratégico de los altos del río Manzanares. Fue el origen de una pequeña medina llamada Magerit. Madrid era un punto de comunicación importante con Toledo y Andalucía. También lo habitaron los sucesivos reyes Trastámaras de Castilla: Enrique III realizó obras para acondicionarlo como palacio y levantó algunas torres; Juan II lo adaptó al gusto de una rica residencia del siglo XV, en cuanto a artesonados, yeserías, tapices; Enrique IV y los Reyes Católicos lo habitaron repetidas veces.

Durante el s.XVI, los reyes renacentistas retocan ese antiguo alcázar medieval que, junto al alcázar toledano, es el más visitado por los monarcas. Al Emperador Carlos V le faltaba espacio para la enorme corte borgoñona y manda ampliarlo a Covarrubias con galerías renacentistas. Felipe II, al establecer la corte en Madrid en 1561, consolida el Alcázar como sede permanente del monarca: le da un aire más clásico( Juan Bautista de Toledo), construye una nueva torre para despacho, enriquece la decoración( tapices, frescos, retratos, cuadros históricos, etc...).

Con Felipe IV se termina la gran portada de Gómez de Mora y Velázquez organiza la decoración interior de palacio. En sus estancias hay una enorme vida social. Pero la capilla de palacio no se termina hasta Carlos II.

INCENDIO DEL ALCÁZAR DE LOS AUSTRIAS

El día de Navidad de 1734, las llamas destrozaron todo el Alcázar. Se inició en las salas que estaba decorando el pintor Jean Ranc para Felipe V. Los reyes se salvaron porque estaban en la Granja, pero se perdieron montones de obras y de documentos oficiales. Lo único que se salvó fue el edificio de la Armería( las antiguas caballerizas de los Habsburgo acogían entonces la Armería y el cuartel de Alabarderos). Pero desaparecieron a finales del s. XIX, ya que el arquitecto Enrique María Repullés las derribó al cerrar con verja el recinto frente a la Almudena.

UN NUEVO CONCEPTO DE PALACIO

Felipe V e Isabel de Farnesio ordenaron la demolición completa de las ruinas del Alcázar de los Austrias y llamaron al arquitecto Filippo Juvara, que trabajaba en la corte de los Saboya, en Turín. El 12 de abril de 1735 llega Juvara a Madrid. Se puso a trabajar en la fachada de la Granja y realizó la maqueta de un inmenso palacio para los Borbones en Madrid. Recordaba a Versalles por el gran desarrollo horizontal y los numerosos patios. Pero falleció en enero de 1736. Rápidamente, Isabel de Farnesio envió cartas a su embajador en Turín para que mandara a España al alumno más aventajado de Juvara. Este era Giovanni Battista Saccheti, que realizó el proyecto definitivo del Palacio Real y dirigió su construcción hasta la llegada de Carlos III, quien le sustituyó por Sabatini.

Sacchetti organizó un palacio de planta cuadrada que ocupaba el contorno del desaparecido Alcázar, aprovechando los sólidos muros de cimentación de épocas medievales. También se conservaba el patio de armas y la denominación de las cuatro torres: la del Rey( SO), la de la Reina( NO ), Principe( SE, unida al aumento de Sabatini) y Princesa( NE ).

Para esta colosal obra se necesitaban cientos de especialistas, desde arquitectos, aparejadores, dibujantes, hasta canteros, carpinteros, cerrajeros, fabricantes de ladrillos, carreteros. La reina Isabel de Farnesio tomó la decisión de traer desde Parma, su ducado natal, la mayor parte de los artistas y artesanos. Se comenzaron las obras el 7 de abril de 1738, a las órdenes del Primer Arquitecto, Sacchetti. Éste contaba entre sus ayudantes con Ventura Rodriguez, José de Hermosilla o Francisco Moradillo.

Se emplearon enormes cantidades de bloques de granito, traídos de Becerril, Villalba, Galapagar y Guadarrama, que se almacenaban a pié de obra hasta que los canteros los transformaban en sillares geométricos. Se utilizaron ladrillos de elevada calidad para la realización de muros interiores y bóvedas( evitando el uso de la madera, que era más propensa a los incendios ). Para las zonas escultóricas de la fachada, piedra caliza de Colmenar de Oreja. Todos los pueblos próximos a Madrid se vieron contagiados por esta prosperidad económica, ya que había demanda de alimentos, caballerías, bueyes, cal para el asiento de los muros, aceite para las lámparas, etc...

Las obras de palacio supusieron un cambio en la enseñanza de los oficios artísticos y constructivos gracias al precedente de la Academia nacido en el taller del primer escultor Olivieri, que terminaría con la vieja institución medieval de los gremios. En estos talleres de palacio aprendieron su oficio todos los jóvenes que construirían luego en el Madrid de Carlos III y Carlos IV.

En palacio se combinaba la nueva organización de la Hacienda y el Estado traída de Versalles por el primer monarca de la casa Borbón, con el talento italiano que aportó su mujer Isabel de Farnesio( arquitectos, pintores, escenógrafos, cantantes, escultores ). Pero esta ambiciosa idea necesitaba una elevada financiación, conseguida a base de la Renta del Tabaco o arrendando terrenos de propiedad real para su utilización agrícola u otros muchos impuestos. Cuando suben al trono los Príncipes de Asturias ,Fernando VI y Bárbara de Braganza, en 1746, las obras de palacio estaban en plena ebullición: encontró la planta baja terminada, así como gran parte de las bóvedas que soportaban los suelos de la planta principal. Con Fernando VI se comenzaron las esculturas de todos los reyes españoles( excepto su madrastra, Isabel de Farnesio ) que debían adornar la balaustrada de la cornisa; también se iniciaron los frescos de las dos grandes escaleras previstas y de la capilla real. En esta época Olivieri y Felipe de Castro dirigían el trabajo escultórico y Corrado Giaquinto los interiores de palacio( desde su llegada en 1753, hasta su regreso a Nápoles en 1762 ).

El Palacio Real tardó mucho en habilitarse. Realmente lo inaguró Carlos III, el 1 de diciembre de 1764, y el último rey que lo habitó fue Alfonso XIII. En él encontramos diferentes estilos artísticos: de un primer Barroco cortesano, más elegante y con menos excesos decorativos que el churrigueresco madrileño, pasamos al Rococó y al Neoclasicismo.

CARLOS III Y SU CORTE NAPOLITANA

Carlos III llega a Madrid en 1759, se aloja en el Palacio del Buen Retiro, donde vuelve a ver a su madre Isabel de Farnesio, quien se queja de haber sido excluída de las imágenes que adornan la fachada del Palacio Real. Carlos III, ante esa injusticia, encargó a Sabatini, en 1760, retirar todas las estatuas de los reyes españoles de la cornisa y guardarlas en los almacenes.

Toda la decoración interior del palacio está hecha al gusto de Carlos III, quien suprimió de golpe los privilegios de los políticos y artistas de Fernando VI, para situar en los puestos claves a los italianos que con él habían llegado. Mientras el Marqués de Esquilache organizaba la Hacienda, Francesco Sabatini dirigía todas las obras arquitectónicas de la monarquía, desplazando al anciano Sacchetti, que fallecería en 1764. Antonio Rafael Mengs y Giambattista Tiepolo sustituirían a Giaquinto.

Carlos III era un rey que gustaba del ejercicio del poder y tenía una gran experiencia adquirida en Nápoles, donde había construído palacios como Capodimonte o Pórtici e iniciado Caserta. Sabatini aporta la organización perfecta y las ideas que le vienen de su formación militar como coronel de ingenieros. Es un arquitecto de enorme capacidad de trabajo y hombre de confianza del Rey. En Palacio Real Sabatini tenía las funciones de Intendente así que, además de hacer los proyectos de las obras, era el responsable del transcurrir diario, llegada de materiales, rendimiento de los operarios, contratos y coordinación de oficios.

Sabitini se encargó de la decoración de los salones, así como de la construcción del “aumento”, un ala añadida a la Torre del Príncipe, en la esquina SE, que formaba parte de un proyecto mucho más ambicioso de ampliación. También ideó y construyó las Caballerizas Reales, bajo la fachada N del Palacio, en el triángulo de la calle Bailén y la cuesta de San Vicente. Esta sólida construcción de carácter militar se utilizó hasta la II República, cuando se derribaron las caballerizas para dar mayor perspectiva al Palacio y se plantaron lo que se conoce como jardines de Sabatini.

Carlos III solía pasar el invierno en el Pardo y la Primavera en Aranjuez. Entremedias venía al Palacio Real de Madrid para disfrutar, entre otras cosas de la Semana Santa. Se iban terminando las obras de Palacio y quedaban sin trabajo muchos obreros . La mayoría de los artesanos venidos de Italia en 1736, debido a su mayor especialización, habían conseguido encontrar trabajo en los programas de decoración interior como broncistas, estuquistas, marmolistas o doradores. Carlos III no podía disponer de grandes sumas de dinero en estos primeros años de reinado, ya que intervino en la Guerra de los Siete Años apoyando a Francia contra Inglaterra y ésta saqueaba nuestra flota. En Madrid se volvía a pasar hambre y carecer de los alimentos básicos. El pueblo culpaba a los extranjeros de esta situación y , el Domingo de Ramos de 1766, atacaba la Casa de las Siete Chimeneas donde vivía Esquilache. Éste y el Rey huyeron a Aranjuez. Se decidió expulsar a los Jesuitas de España y emprender un ambicioso programa de obras públicas que proporcionara más trabajo. En Madrid se construiría la Casa de Correos, la Real Casa de la Aduana, el Hospital General, las puertas de Alcalá y San Vicente, etc..

Mientras tanto, Mengs había conseguido afianzarse como un personaje poderoso dentro del ámbito artístico, alcanzando los puestos de primer pintor del Rey, director de la Academia de Bellas Artes y de la Real Fábrica de Tapices.

CARLOS IV Y MªLUISA DE PARMA

En 1789, al comenzar el reinado de Carlos IV, Sabatini recibía la orden de cambiar la escalera principal hacia su actual emplazamiento, creando el Salón de Columnas donde estuvo la escalera en tiempos de Carlos III. La reina Mª Luisa ya ocupaba , cuando era princesa de Asturias, las estancias centrales de la fachada que mira a la plaza de Oriente. Con estos monarcas se realiza la decoración del aumento de la calle Bailén y las obras maestras del Neoclasicismo.

Como Carlos IV tenía gran afición a la marquetería también se desarrollan ahora las mejores habitaciones de maderas finas.

FERNANDO VII

A su regreso en 1814, ocupó de nuevo las estancias de su abuelo en la Torre del Rey, en torno al Salón Gasparini. Ordenó descolgar los cuadros para poner en las paredes sedas de Lyon siguiendo la moda francesa. Gracias a su mujer Isabel de Braganza, joven potuguesa de esmerada educación, se creó el Museo de Pinturas del Prado en 1817 con esos cuadros de palacio.

Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, ningún monarca volvió a habitar en estas salas de la Torre del Rey, que les parecía muy triste comparada con las fachadas que miraban a la nueva plaza de Oriente, ideada por José Bonaparte y terminada por Isabel II.

LOS ÚLTIMOS MONARCAS

Isabel II llenó el Palacio Real de una vida intensa( pasiones amorosas, levantamientos militares, revueltas políticas). Cabe resaltar el intento de asalto al palacio por Diego de León, que fueron rechazados por los alabarderos situados en lo alto de la escalera. Durante el reinado de Isabel II el arquitecto del Palacio Real fue Narciso Pascual y Colomer, autor del Congreso de los Diputados, y el que continuó las obras de cierre de la Plaza de la Armería.

Alfonso XII, tras recuperarse de la muerte de su primera mujer, Mªde las Mercedes( ocurrida en 1778 ), decidió en 1880 crear un gran salón de baile en las estancias de la zona oeste de palacio, cuyos balcones daban al Campo del Moro. El autor de las reformas y decoración del palacio durante esta época fue José Segundo de Lema. Se decoró entonces la torre nordeste de palacio para la reina MªCristina de Habsburgo dentro de un estilo ecléctico, que combina mobiliario neoclásico del reinado de Carlos IV con obras de artistas contemporáneos, como Mariano Benlliure, Querol o Joaquín Sorolla.

La reina MªCristina vivió en el Palacio Real desde su boda en 1879 hasta su fallecimiento en 1929. Sus habitaciones ocupaban una amplia extensión en forma de L, que iban desde la Capilla Real en la zona N hasta el Comedor de Diario en la fachada de la Plaza de Oriente. Aquí terminaban sus aposentos y comenzaban los de Alfonso XIII.
Alfonso XII también añadió obras como la escalera de bajada a los jardines.


En 1892, siendo el arquitecto de Palacio Enrique Repullés y Vargas, se terminan definitivamente las obras de cierre de la Plaza de la Armería. Alfonso XIII fue el último rey que lo habitó. Durante la II República quedó abandonado y Franco volvió a utilizarlo para recepciones y oratorias ante la Plaza de Oriente. Juan Carlos II lo utiliza para actos oficiales.

PLANTA, FACHADA Y EXTERIORES

La planta es cuadrada, bastante compacta y organizada en torno a un gran patio. Las estancias se disponen como en dos líneas paralelas, unas mirando al patio y otras con ventanas al exterior de las fachadas. El eje principal sería Norte-Sur, y pasaría de la Capilla Real a la fachada principal. Presenta cuatro grandes torres en las esquinas.

A 25 ms del suelo se alza el Palacio y este desnivel se aprecia mejor en las fachadas N( cuesta de San Vicente ) y Oeste( Campo del Moro ). En los exteriores se prescinde del ladrillo y se buscan materiales más nobles y duraderos. Es el granito y la piedra caliza lo que le proporciona esas dos tonalidades. Tampoco hay cubiertas de madera.

Sacchetti dividió la fachada en tres cuerpos recorridos por inmensos ventanales: la parte baja, los dos pisos del cuerpo principal y el cuerpo superior( de magníficas cornisas, balaustradas, jarrones, esculturas y medallones ). En todo el palacio hay un gran clasicismo y armonía y se aprecia el Barroco cortesano de la primera mitad del s.XVIII. El primer y segundo piso del cuerpo principal son los más decorados. Los ventanales del piso primero están más ornamentados, alternando frontones semicirculares y triangulares. Columnas y pilastras colosales recorren todo el exterior. Las columnas se situan en las fachadas centrales y en las torres, y responden a un magnífico diseño de Sacchetti: sigue a Vitrubio , que señala 24 estrías en todo el perímetro de la columna jónica, pero Sacchetti pone 13 acanaladuras porque estas columnas no son exentas; los capiteles de volutas y ovas son del jónico sobre un collarino que proviene del dórico.

La fachada principal da a la gran explanada de la Armería. Está rematada por un frontón rectangular, con un gran reloj, el escudo de los Borbones y las campanas. Aquí están también las esculturas de los reyes Felipe V y MªLuísa de Saboya, Fernando VI y Bárbara de Braganza. Encima del balcón principal está representada una matrona personificando a España y, debajo de ella, el río Tajo como un anciano con barba, y tiene alrededor animales típicos de España.

Merece la pena destacar los jardines del Campo del Moro. Las fuentes más famosas que en ellos se incluyen son barrocas, como la de las Conchas, que aparece en primer plano en el sendero principal. Fue diseñada por Ventura Rodriguez para el palacio del infante D.Luís en Boadilla. Al fondo, la de los Tritones, que se encontraba en los jardines de Aranjuez cuando fue pintada por Velázquez. Narciso Pascual Colomer la trasladó al Campo del Moro en 1842, durante la regencia de Espartero, en la misma época que terminaba los jardines y viviendas de la Plaza de Oriente. Con la revolución del 68 se paralizaron las obras de los jardines, hasta su terminación entre 1896-1900 por impulso de la regente de Alfonso XIII, MªCristina de Habsburgo.

RECORRIDO RESUMIDO DEL PALACIO

Vestíbulo
Da a la Plaza de la Armería y su forma ovalada supone el desarrollo en planta del Barroco de origen italiano.

Escalera principal.
La caja de la escalera y la decoración fue realizada en tiempos de Fernando VI por Sacchetti y Corrado Giaquinto. Giaquinto pintó el fresco de” España rindiendo homenaje a la religión”( con profusión de nubes y colores terrosos )y dibujó todo el rico conjunto decorativo que materializó el estuquista Giovanni Battista Andreoli entre 1758-59, con casetones adornados de flores, guirnaldas, cestas de frutas y conchas. Los medallones trilobulados de las esquinas representan los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego.

El desarrollo de la escalera principal no se realizó hasta el reinado de Carlos III por Sabatini , que se inspiró en la proyectada en Caserta por Vanvitelli, con una pendiente muy suave y tramos solemnes, de gran anchura; con un tramo central que se desdobla en dos tramos tras el giro del rellano, para alcanzar la planta principal. Y antes de entrar al Salón de Alabarderos nos sorprenden los maravillosos bustos de Felipe V e Isabel de Farnesio, cincelados en mármol por René Fremin( autor de numerosas esculturas y fuentes en la Granja ).

Salón de Alabarderos.
El fresco de la bóveda lo pintó Tiépolo en 1766 y representa la “Apoteosis de Eneas”. Es una composición en zig-zag llena de colorido y movimiento ,y con esa luminosidad que caracteriza la pintura de Tiépolo. El Héroe troyano Eneas es conducido ante Venus por la Justicia, la Fortaleza y el Valor. Mercurio, mensajero de los dioses vuela por los cielos con la noticia de la victoria de Eneas en el Lacio; Cronos mide el tiempo y Vulcano está forjando armas.

Sabatini diseñó, en 1761, este sobrio espacio para el cuerpo de Alabarderos .Está decorado con estucos y molduras de Rusca. En los suelos contrastan una de las alfombras más antiguas del Palacio con una de las más modernas. Empiezan aquí los relojes pertenecientes a la colección de trescientos catorce que se deben al rey Carlos IV,

Salón de columnas.
Aquí estuvo la primitiva escalera de Sabatini. La decoración de estuco de Rusca no es tan espectacular como la realizada por Andreoli en la escalera principal. Aquí los trazados son más fríos y se van acercando al Neoclasicismo:parejas de sátiros sostienen en las esquinas medallones ovales con angelitos que portan emblemas de los cuatro elementos. Los tapices que cubren los muros son de Bruselas, del s.XVII, con temas como “S.Pablo y Bernabe en Listra”, “El Milagro del paralítico”, “El castigo de Elymas”.

El grupo de Carlos V dominando el Furor es una reproducción del sXIX del de los Leoni que está en el Prado. Aquí hay parte de la colección real de bustos de Emperadores romanos y también de la serie de los Planetas( fundidas en bronce por el escultor renacentista de los Países Bajos, Jonghellink, y regaladas por el cardenal infante D.Fernando a su hermano, Felipe IV).

El techo de Giaquinto representa el “Triunfo del Sol”, con Apolo guiando el carro tirado por dos briosos caballos y, abajo,Baco sentado en un burro coronado por las ninfas. Esta sala fue comedor oficial hasta 1859, celebrándose banquetes y bailes. Después han tenido lugar aquí acontecimientos importantes para la historia de España( como la firma de adhesión a las Comunidades Europeas o la Conferencia de Paz de 1991 ). También se utiliza para conciertos.

Salón del Trono.
También llamado Besamanos o de Audiencias. Se conserva tal y como era en la época de Carlos III. Constituía la estancia más grande de palacio y punto central de la vida cortesana. El techo fue pintado en 1763 por Tiépolo, ayudado por sus hijos, y representa “La glorificación de la Monarquía española “(con curiosos personajes que simbolizan todos los estados de la Monarquía ) .Un aristócrata italiano, Felipe Gazola , recibió el encargo de decorar este salón y pensó en los artesanos que habían trabajado para él en Nápoles: el terciopelo rojo lo encargó en Génova y lo mandó bordar en Nápoles con unas preciosas filigranas de plata sobredorada, las consolas y espejos son de ebanistas napolitanos. El barroquismo de este salón denota el eclecticismo artístico de Carlos III.

Los leones de bronce proceden del antiguo Alcázar. Los encargó Velázquez en Italia para hacer de soporte de las consolas de mármol que decoraban el salón de los espejos. También hay aquí algunas de las esculturas de los Siete planetas que se salvaron del incendio de 1734 . Las cuatro estatuas de las virtudes cardinales son de René Fremín, las realizó en tiempos de Felipe V para el salón del trono de la Granja.

Saleta Gasparini.
En el ceremonial de los Borbones, el llamado “Cuarto del rey Carlos III” constaba de numerosas salas: la Antecámara( Saleta oficial ),Salón del Trono, pieza de Comer( Saleta Gasparini ), Pieza de la Conversación o de Cenar( Antecámara Gasparini), Pieza de Vestir( Salón Gasparini ), las tres piezas del Despacho, paso a la Pieza de Vestir y Oratorio( hoy no son dos salitas, sino una sola llamado el tranvía de Carlos III) , Dormitorio del Rey( Salón de Carlos III ) y Pieza de la China( Sala de porcelana).

Lo más destacado de esta sala son los estucos diseñados por Sabatini y materializados por Andreoli en 1761-63( palmas, conchas y temas alusivos a las cuatro estaciones ). Así como el fresco de Mengs, pintor que había trabajado para el padre de María Amalia de Sajonia, que representa “La Apoteosis de Trajano”( donde intenta la perfección clásica y huir de todo barroquismo). Los cuadros son de Lucas Jordán.

Antecámara Gasparini.
Era la sala donde el rey cenaba. En tiempos de Carlos III la decoraban con tapices de la Historia de José, confeccionados por la Real Fábrica, sobre cartones de José del Castillo. Antes del famoso incendio, de sus paredes colgaban cuadros como los retratos ecuestres de Felipe III, Felipe IV y las reinas Margarita y Mariana de Austria, el retrato del Conde Duque de Olivares y Carlos V a caballo, de Tiziano. Pero hoy toda la decoración es de comienzos del s.XIX: retratos de Carlos IV y MªLuísa de Parma son de Goya( 1800), las sedas son de la época de Fernando VII. Destacan el reloj sobre la chimenea, que imita a un jarrón, y el otro gran reloj montado allí mismo de unas lujosas piezas que venían de Paris por Dugourc,en 1801: la estructura es un templete de columnas de caoba con adornos de bronce, en cuyo interior se encuentra Cronos, el Dios griego del tiempo con su guadaña, labrado en mármol.

En el techo Mengs pintó la “Apoteosis de Hércules” y también diseñó los estucos a Rusca.

Salón de Gasparini.
Mattia Gasparini llego a España en 1760 como pintor de Cámara de Carlos III, procedente de Nápoles y ,en seguida, se hizo cargo de la decoración de esta sala y los pequeños gabinetes contiguos, que se conocieron como “despachos de maderas de Indias” . Dibujó todos los bocetos para los mármoles del suelo, las sedas de las paredes y los estucos del techo, haciendo juego en un estilo Rococó. En la bóveda, las figuras de orientales, pájaros y flores son realizadas en estuco con apariencia de porcelana. Los bordados de las sedas los hacía su mujer, Luísa Bergonzini, quién dirigió la decoración de estas salas a la muerte de Gasparini en 1774. Pero los bordados y bronces se terminaron muy tarde, ya en 1803.

Los trabajos de madera se llevaron a cabo por el ebanista flamenco Josef Canops y las entalladuras de maderas rosas y violetas de los marcos y mobiliario son únicas en el mundo. Esta era la sala en la que el rey se vestía y desayunaba. Sólo tenían acceso el Ayuda de Cámara y el Sumillers de Corps. Hoy en día en ella suelen tomar café después de los banquetes oficiales. La lámpara de Fernando VII de cristal y bronce es de las más grandes del Palacio.

En él se encontraban veinticinco cuadros famosos, como “la Rendición de Breda”,”la Fragua de Vulcano”, “Esopo”, “Menipo”, retratos de Felipe IV y el principe Baltasar Carlos vestidos de cazadores( Todos ellos de Velázquez ) o ”La Natividad” de Mengs.

Dormitorio de Carlos III
Fernando VII, en 1828, decidió dedicar esta sala a su abuelo. Encargó sedas azules con los emblemas de la orden de Carlos III, creada en 1771. Vicente López pinta en el techo la “Creación de la Orden de Carlos III”. En el retrato de Maella también aparece Carlos III con el hábito de la orden. Los sillones de madera pintada de blanco con cisnes y adornos de talla dorada son de estilo fernandino y están tapizados con sedas bordadas con los anagramas, que tanto se repiten aquí, de el león, la torre y el número tres romano. La lámpara de bronce, plata y cristal, representa la flor de lis.

Sala de porcelana
Era el cuarto de aseo del rey Carlos III, quien se trajo a los jardines del Buen Retiro la maquinaría y operarios de su fábrica de Nápoles en 1759. La pasta se fabricaba allí por Gaetano Schepers, según una fórmula secreta. Giussepe Gricci se encargaba de la decoración de la sala y del modelado de las figuras, que luego pintaban otros( como De la Torre o Boltri ).Las escenas son de la mitología clásica y , las porcelanas se desmontan, pués van clavadas a unas placas de madera detrás.

La Sala de Porcelana comunica con el Dormitorio del Rey y, por otro lado, con las habitaciones de su madre Isabel de Farnesio.

Sala Amarilla.
Era el gabinete de Isabel de Farnesio y lo más interesante son los muebles de la época de Carlos IV, del más famoso diseñador francés de antes de la Revolución, que huyó después a España, Dugourc. Este les diseñaba muebles, joyas, relojes, que enviaba a Madrid a través del louis Godon, relojero de los reyes españoles y proveedor de todo tipo de objetos de lujo: como el escritorio de 1790 y el curioso velador central que, en realidad, es un reloj de seis manillas y compleja maquinaria( ya que además de indicar la hora y el día, indica los signos del zodiaco y las fases de la luna ). La sillería es de estilo imperio de peineta y la lámpara representa una fuente.

Comedor de Gala
Eran las estancias de la reina, pero muy poco habitadas por la prematura muerte de la reina MªAmalia de Sajonia en 1760. Así que las habitó Isabel Farnesio, desde 1764 hasta 1766, año en que falleció: el Dormitorio, decorado por Mengs con el tema de la “Aurora en su carro”, la Cámara de la Reina con el fresco de Antonio González Velázquez “Colón ante los Reyes Católicos” y la Sala de Comer o Besamanos , con el fresco de “la Conquista de Granada” de Bayeu.

Pero, en 1880, Alfonso XII unió las diferentes salas para obetener un gran salón de baile y comedor de gala. Decoran este salón tapices flamencos del s. XVI( de Pannemaker), tibores de porcelana china del s.XVIII y jarrones de bronce dorado con placas de porcelana de Sevres, de Fernando VII.

Los suelos son más modernos, de finales del s.XIX, que es cuando se empieza a utilizar parquet de madera en Palacio. La mesa tiene 40 ms de larga, está pensada para cuarenta comensales y son tableros que luego se pueden desmontar para bailar.

Diferentes salas-museo
- Sala de Música, con una preciosa mesa y una exposición de medallas conmemorativas. Era la primera antecámara de la reina madre, Isabel de Farnesio y Sala de cine con Alfonso XIII. Hoy es donde se situa la orquesta.
- Sala de la Plata, con numerosas piezas españolas( sobre todo de vajillas ) y algunas francesas. Era la Segunda antecámara de Isabel de Farnesio.
- Instrumentos musicales que realizó Stradivarius para la Corona en el s.XVIII. Las paredes se cubren con papel pintado a mano en los talleres de palacio. Se conoce como la antecámara de la Infanta Isabel o “la Chata”, también fue cámara del hijo de Carlos III, D. Gabriel.
- Otra Sala de música con pianos y guitarras de época .Era la cámara principal del infante D.Gabriel, y también de “la Chata”o infanta Isabel.
- Sala de vaijllas o saleta, que fue la primera antecámara del infante D.Gabriel.

Capilla Real
La Capilla Real se construyó entre 1750-57 y fue el primer lugar terminado del palacio antes de la llegada de Carlos III. El vestíbulo y el templo son de forma elíptica, con el altar mayor al este y otro altar en la cara norte, frente a la entrada. Giaquinto dirigió la decoración y controló los estucos de Andreoli, Felipe de castro, Rusca y Robert Michel. La cúpula pintada por Giaquinto presenta “La Coronación de la Virgen”, sobre el altar del lado norte se encuentra el cuadro de “La Anunciación “ de Mengs y el cuerpo de San Félix, que le regaló el Papa a Isabel II. En el altar mayor una copia de Bayeu del San Miguel de Lucas Jordán. El dosel está bordado en tiempos de Fernando VI.

Antesala de la Reina MªCristina
Era la primera antecámara de las habitaciones de MªLuísa de Parma, donde se encontraba su guardia personal. Observamos unas estructuras arquitectónicas de gran belleza que se utilizan para decorar las mesas.

Comedor de diario
Corresponde al balcón central de la Plaza de Oriente. Fue el Besamanos y Salón de Baile de MªLuísa de Parma. La cúpula la pintó Bayeu con el tema “La caída de los gigantes”. Sabatini organizó la decoración de espejos, estucos y combinó mármoles de diferentes tonalidades.

Sala de Billar
Salón japonés y Dormitorio de MªLuísa de Parma
La reina MªLuisa dividió esta sala en una decorada con motivos orientales y, en otra para dormitorio, con decoración pompeyana de grutescos y frisos clásicos. Intervienen los hermanos Brilli y Vicente Gómez. También destaca el suelo de mármol con un óvalo central y rosetones diagonales y circulares que se contraponen.

EXPLICACIÓN DEL PLANO

1. Escalera principal
2. Salón de Alabarderos
3. Salón de Columnas
4. Tránsito
5. Salón del Trono
6. Saleta Gasparini
7. “ “
8. Antecámara Gasparini
9. Acceso a la escalera privada del rey
10. Salón Gasparini
11. Piezas de Despacho
12. Tranvía
13. Salón de Carlos III
14. Patio
15. Sala de Porcelana y Sala Amarilla
16. Transcuartos
17. Comedor de Gala
18. Salón de Cine
19. Transcuartos
20. Antecámara de la Infanta Isabel( antes, antecámara del infante Gabriel)
21. Saleta(primera antecámara del infante Gabriel)
22. Cámara de la infanta Isabel( sala principal de D. Gabriel)
23. Patio
24. Pieza de vestir y alcoba
25. Tocador y baño
26. Pieza de los pájaros
27. Alcobas y tocador
28. “ “
29. Entrada a la galería
30. Cámara fuerte
31. Relicario y anterrelicario
32. Capilla
33. Antesacristía
34. Sacristía
35. “
36. Patio
37. Sala de Capellanes
38. Sala de espera y tocador( nietos de Carlos III )
39. Baño
40. Alcoba
41. Biblioteca
42. Comedor
43. Despacho de MªCristina de Habsburgo
44. Gabinete y sala de música
45. Cámara de MªCristina
46. Antecámara de MªCristina
47. Antesala o primera antecámara de las habitaciones de MªLuísa de Parma, para su guardia personal.
48. Saleta de MªCristina
49. Billar
50. Comedor de diario
51. Salón japonés y Dormitorio
52. Tocador
53. Gabinete de maderas finas
54. Salón de tapices
55. Salón de armas. Pieza de vestir de Carlos IV.
49. Segundo cuarto de alabarderos

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