sábado, 28 de junio de 2008

PASEAR PALACIOS Y REALES SITIOS: EL PALACIO REAL DE EL PARDO

ISABEL PIQUERAS
Un poco de historia del real sitio

Ya en el antiguo Libro de la Montería de Alfonso XI se menciona la existencia de una Casa del Pardo. Esta zona era el lugar preferido por los monarcas castellanos para organizar cacerías. En 1405, Enrique III dio unas pautas para construir en este sitio una casa real. Enrique IV transforma ese viejo pabellón de caza en un alcázar con puente levadizo y bella torre del homenaje(1472). El Emperador Carlos V inició más mejoras y, durante el proceso de reformas, decidió demoler el castillo hasta los cimientos y construir un palacio de nueva planta. El proyecto y las obras las dirigió el arquitecto Luís de Vega- duraron desde 1543-1558 -. Sobre una base cuadrada trazó un palacio de dos plantas, la mitad sur se correspondería con el cuarto del Rey y la mitad septentrional con el de la Reina. Dos galerías o loggias se desarrollaban en las fachadas norte y sur, con lo cual se abría la arquitectura al paisaje. Pero en el patio interior cambiaban los lados porticados, siendo los lados este y oeste los lados del cuadrado construídos con arcos sobre columnas. De esas crujías porticadas nacían las dos escaleras principales.

*El palacio del Pardo y la Casa de oficios en el s.XVII

Otra innovación importante es el hecho de que trabajase, a partir de 1556, como ayudante de Luís de Vega, su sobrino Gaspar de Vega, que era un gran conocedor de la técnica de las cubiertas de pizarra. En 1562 llegaron los maestros pizarreros a cubrir los tejados de la Casa de Oficios del Pardo y, más tarde, la del Palacio.

El Emperador no pudo disfrutar del Pardo, ya que se terminó en época de Felipe II, 1568. En estos primeros años de su reinado emprendió la labor decorativa del interior del palacio: con el estuquista italiano Antón de Fresías, el pintor Gaspar Becerra( del que se conservan los frescos dedicados a la fábula de Perseo en el “Aposento de la Camarera”, situado en la torre oeste de la fachada principal ) y la importante colección de pinturas de Tiziano, el Bosco o retratistas como Antonio Moro y Sánchez Coello.

En 1604 un incendio destruye todo el palacio desde el piso segundo, a excepción de las torres. Felipe III encarga la reconstrucción a Francisco de Mora, quien sustituyó los techos de madera por bóvedas de ladrillo y yeso, cerró las galerías norte y sur buscando un mayor espacio habitable. Convierte la galería meridional en comedor y dormitorio de los reyes, sustituyendo las ligeras columnas de la loggia por un sólido muro con nueve balcones. De este reinado se conservan además algunos frescos como los de la Galería de la Reina, al N, con temas de la historia de José realizados por Patricio Caxes, o los de la Cámara y Antecámara de la Reina de Hungría, con la “Aurora” de Vicente Carducho o la “Historia de Esther” por Jerónimo Cabrera. Gómez de Mora sustituyó a su tío en 1610 en las obras de palacio.

Felipe V e Isabel de Farnesio encargaron a Francois Carlier unas modificaciones para hacerlo más apto a su enorme familia. Ampliaron las estancias a costa de ocupar las galerías abiertas al patio y dividir en habitaciones más pequeñas las galerías de la Reina y el Cierzo, la Sala de Retratos y los corredores. Al cambiar la circulación de personas en el interior, Carlier tuvo que idear unos curiosos miradores en las esquinas del patio. También modificó el exterior de las torres: abrió grandes balcones de perfil rococó en su planta baja y sustituyó los antiguos chapiteles de forma piramidal por los actuales con curvas invertidas. Igualmente proyectó la gran capilla y el puente que la unía con la planta principal de palacio(1739 y 1743 ).

Fernando VI prestó mucha atención al Pardo. Adquirió más terrenos y mandó construir una monumental puerta con tres entradas que diesen acceso a la finca, la famosa “puerta de hierro”.

Con Carlos III el Pardo pasa a formar parte de ese ambicioso plan de reformas en todos los sitios reales. En 1772 Sabatini amplía el palacio y lo duplica hacia el E. A pesar de que los príncipes de Asturias, el futuro Carlos IV y MªLuísa de Parma, no tenían todavía descendencia en ese año, ocuparon completamente las estancias de la parte nueva del palacio del Pardo. Los artistas que intervienen en el Pardo son los mismos que trabajaban en el Palacio Real de Madrid, destacando los fresquistas Bayeu y Maella, los estucos de Robert Michel y la numerosa colección de tapices, muchos de ellos de Goya.

Carlos IV introduce una decoración más neoclásica en el mobiliario, pinturas y tapices.

Durante mucho tiempo, el Palacio Real del Pardo permaneció como lejano e inaccesible, ya que fue residencia de Franco desde 1940. Hasta que, en 1976, el Rey Juan Carlos decidió dejarlo como museo.

Descripción de las salas más importantes

- GALERÍA DE LA REINA: podemos admirar al fondo el “Retrato ecuestre de D.Juan José de Austria”, de José de Ribera o los frescos con la historia de José, realizados por Patricio Caxes y sus ayudantes entre 1607-12, formando cuadros rectangulares y ovales.
- ESCALERAS ORIGINALES : de tiempos de Carlos V, situadas en los ángulos NE y SO del patio de los Austrias, continuan las formas de la galería superior del palacio, aunque las pinturas son de Juan Gálvez, del reinado de Fernando VII.
- PORTADA DEL EMPERADOR: portada renacentista con la inscripción Carolus I Romanorum Imperator Hispaniarum rex 1547, que aparecía tras cruzar el foso por medio del puente.
- PATIO DE LOS AUSTRIAS: recuerda a los patios con galerías tan típicos de los alcázares de Toledo y Madrid. En la parte baja los característicos arcos rebajados renacentistas, de orden jónico ( no se siguen en este patio las reglas de superposición de órdenes ), con un pequeño trozo de entablamento sobre el capitel. Columnas dóricas con zapatas en la parte superior; los pedestales de esas columnas se adornan con eslabones del collar del Toisón de oro y cruces borgoñonas de San Andrés.
- PATIO DE LOS BORBONES: copia al anterior, aunque sólo presenta la galería con columnas jónicas de la parte baja. Arriba está cerrado y tiene los miradores de Carlier. Los Borbones construyeron una cubierta acristalada para este patio.
- SALÓN DE CONSEJOS: en la antigua galería del Rey, con sus seis balcones orientados al S. La bóveda es de reducida altura y está pintada por Juan Gálvez durante el reinado de Fernando VII, con bellas figuras femeninas de trajes típicos españoles en los lunetos. Las paredes están cubiertas por una serie de tapices del último tercio del s.XVIII: de Ginés de Aguirre( la mula caída, los peregrinos, compra de caballos, partida de caza con dama y quitasol), de Goya( el resguardo de tabacos, las mozas del cántaro, la merienda en el campo ), de Bayeu (Paseo de la fuente de las damas) o de José del Castillo(Majo fumando y Maja con abanico). Aquí se celebraba el Consejo de Ministros a lo largo de la época de Franco.
- ANTECÁMARA DE DESPACHO: de mobiliario neoclásico, tiene un tapiz que sigue un cartón de José de Salas “Nobles embarcándose cubiertos por una sombrilla”. Ramón Bayeu pintó el fresco del techo “Apolo protegiendo las Bellas Artes”. Las figuras de estuco fueron modeladas por el escultor Robert Michel( en las esquinas representó las “Virtudes Cardinales” y en los medallones “Las Artes y las Letras” ).
- DESPACHO OFICIAL: Ramón Bayeu pintó el fresco del “Triunfo de la Monarquía española en 1774”. Los tapices que cuelgan de las paredes pertenecen a la colección de temas de batallas del archiduque Alberto, tejidos por Reymbouts a comienzos del s.XVII. El resto de tapices que decoran este despacho tienen forma circular y representan escenas de la vida de Tobias( fueron tejidos por Franz Raes, en Bruselas, a mediados del s.XVI ). El mobiliario de estilo imperio pertenece a Fernando VII, los veladores etruscos con cabezas de ternero fueron diseñados por Dugourc. Detrás de la mesa de despacho se encuentran dos lujosos escritorios del ebanista Duchen. Esta sala se utilizó como comedor con Carlos III.
- SALÓN DE EMBAJADORES: en él se encuentra el tapiz”La Nevada”, de Goya, de 1786, cuando se le encargaron las Cuatro Estaciones para el Comedor de Carlos III.
- COMEDOR DE DIARIO: fue la pieza de vestir del príncipe de Asturias en tiempos de Carlos III, está tapizado en seda y adornado con estucos de Robert Mitchel. Las consolas de caoba y el resto de muebles es de la época de Fernando VII.
- GABINETE DE LA PRINCESA DE ASTURIAS, MªLUISA DE PARMA: con tapices pompeyanos según cartones de José del Castillo y rica ornamentación de estuco en el techo.

CASITA DEL PRÍNCIPE

Está ubicada en el ala oeste del palacio, separada del mismo por un jardín y cuartel de guardia. La idea partió de MªLuísa de Parma, quien también intervino en la Casita del Labrador de Aranjuez y en la del Príncipe del Escorial, con la que presenta muchas coincidencias: de planta rectangular, con un pórtico que sobresale con columnas jónicas. Juan de Villanueva utiliza sólo líneas rectas, en disposición vertical u horizontal .

Era lugar de recreo y fiestas. Contrasta la modestia exterior con la rica ornamentación interior: a base de sedas de Lyon, tejidos bordados, auténticas obras de arte de ebanistería y marquetería, frescos, estucos, lámparas. Destaca el vestíbulo de estucos, la sala pompeyana o la sala de terciopelos.

PALACIO DE LA QUINTA

Era una finca de recreo del Duque de Arco, D.Alonso Manrique de Lara, que también ostentaba el cargo de Caballerizo Mayor de Felipe V. Los jardines fueron diseñados, hacia 1726, por el francés Claude Truchet, que aprovechó el cauce de un arroyo que proporcionaba agua suficiente para fuentes y estanques. En líneas generales se basó en los jardines italianos del Renacimiento, con un gran eje de simetría por el que desciende el agua que va llenando estanques y formando cascadas. Desde el nivel inferior se asciende a cuatro niveles o terrazas, hasta llegar a la gruta y el cierre en forma de hemiciclo del nivel superior.

El palacete original que más tarde se construyó fue modificado por el arquitecto Francois Carlier, entre 1740-45, cuando esta finca fue donada a Felipe V por la viuda del Duque de Aro. El estilo del palacete recuerda mucho al palacio de la Zarzuela. Es una planta cuadrada dividida en 25 cuadrados más pequeños, quedando el central como patio. Cada una de la cuatro fachadas tiene, por tanto, cinco balcones. El arquitecto fue realizando las diversas estancias, comenzando por las más importantes, como la Sala de Audiencias , en la fachada meridional, compuesta por tres cuadrados: los muros se revistieron con papel pintado francés imitando cortinajes de muselina recogidos en forma de equis, el techo y los papeles pintados del zócalo representan temas pompeyanos. El Despacho de Ayudantes, con mobiliario estilo imperio de Fernando VII y cuadros de Brambilla de vistas madrileñas. La sala más curiosa es el Despacho del Príncipe , por la forma( dos lados rectos y dos semicirculares ) y por la temática de los papeles pintados por Dufour con la “Historia de Hernán Cortés y Moctezuma “.

En el año de 1974 se celebraban aquí las audiencias del entonces príncipe D.Juan Carlos.

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