sábado, 28 de junio de 2008

PASEAR PALACIOS Y REALES SITIOS: EL MONASTERIO DEL ESCORIAL

ISABEL PIQUERAS
1.-Felipe II y el espíritu del Escorial

En el Escorial se unen la fe y el poder político, junto a una vida de recogimiento anhelada por Felipe II. Se sigue la tradición que tenían, desde el Reino de Asturias, de instalar palacios junto a monasterios, pero el Escorial es mucho más. Tiene un colegio para los niños del coro de la capilla, el panteón real, la Biblioteca, hospital y huertas.

La idea y el plan de construcción parten de la cabeza del Rey cuando tenía 30 años, para conmemorar el triunfo contra los franceses en la batalla de San Quintín. Hecho que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557. Felipe II supervisaba absolutamente todo. La colocación de la primera piedra fue en 1563 y la última en 1584. La complejidad de la obra y su duración obligó a una organización severa en la que el Rey ostentaba la máxima autoridad en todos los aspectos: desde el meramente arquitectónico, hasta el sanitario, religioso, administrativo, pecuniario o de transportes. A excepción de capítulo monetario, que dependía exclusivamente de la Corona, todos los demás estaban compartidos con el prior de la congregación Jerónima. Las condiciones laborables eran difíciles y la marcha de los trabajos resultó todo un reto a la ingeniería. Pero en 1571 la comunidad de frailes Jerónimos puede ocupar el ángulo SO del Monasterio.

Una de las características de la arquitectura del Escorial es su marcado simbolismo. Felipe II y Juan de Herrera tenían en su biblioteca libros sobre las ciencias ocultas y muchos tratados de arquitectura y matemáticas. En la bóveda del coro alto Dios tiene bajo sus pies un cubo, luego está la parrilla y la iconografía de la Biblioteca llena de símbolos. El Escorial está construído en piedra sobre una plataforma pétrea, lo que nos da idea de continuidad y perpetuidad. El cuadrado se percibe por todos los lados. Es una arquitectura de volúmenes, geometría, hermetismo y pureza racionalista. Todos los muros son de igual tamaño y están aparejados de la misma forma. Los peldaños de la escalera principal son de una sola pieza granítica. Las puertas alemanas de fina taracea y los picaportes de las puertas de todo el monasterio tienen como manecilla una columna clásica.

Todavía existen muchas dudas acerca de ese simbolismo y de la figura del cubo, así como del emplazamiento y orientación del Escorial, y del uso de la luz.

Conocer el Escorial supone acercarse algo más a la personalidad de Felipe II. Un rey tímido, que solía ocultar sus emociones. Era un ser paciente y tremendamente calculador y burócrata. Le gustaba rodearse de un ambiente de exquisitez y finura( por las colecciones del Escorial sabemos de sus gustos artísticos ) y, también, de la belleza de la naturaleza. No le gustaba viajar y, menos aún, dormir con el resto del ejército en su campamento. Era sobrio en el vestir, en el comer y amante de lo español. En la Biblioteca del Escorial concentró todos los libros y manuscritos de los genios de la civilización occidental, así como una inmensa colección de reliquias( 7.422 ). Sabemos de sus preferencias por la música, la arquitectura, el arte, la arqueología, el arte militar, la teología y la magia.

Cuando se consagró el templo, Felipe II ordenó cerrar las rejas del vestíbulo de la iglesia para que el monasterio fuera de uso del Rey y la comunidad jerónima. Desde 1837, año en que los Jerónimos abandonan el colegio, hasta los Agustinos con Alfonso XII el monasterio vivió cierto abandono. Entonces se pudo restaurar la vida monacal y el colegio que, desde 1892, se amplió con una sección de estudios superiores de rango universitario.

A esta obra cumbre del Renacimiento español se le añadieron decoraciones barrocas, como el Panteón real, el altar de la Sagrada Forma de la Sacristía, el Palacio de los Borbones y las bóvedas de Lucas Jordan.

2. Antecedentes arquitectónicos

La zona conventual, situada a los lados de la fachada principal, recuerda a los hospitales del s.XV italianos, con patios alrededor de cruces griegas y alas con celdas que se abren a un pasillo. En la Basílica vemos influencias de la de San Pedro en la forma de cruz griega con crucero coronado por una gran cúpula, pero hay más diferencias que parecidos: aquí las naves se rematan sin ábsides, los capiteles son toscanos y se prescinde de toda línea curva.

En la residencia real se sitúan las habitaciones privadas de Felipe II en la cabecera de la iglesia, igual que en Yuste. En cuanto al Panteón, se sigue la tradición cristiana de enterramiento en iglesias.

3. Fachadas

El exterior es de una sobriedad absoluta, totalmente exento de adornos. Las ventanas se presentan rectangulares, sin ningún remate. Los muros son lisos, sin salientes ni columnas adosadas y sólo una moldura longitudinal divide su altura cada dos pisos. El color de los tejados de pizarra es el único contraste con el tono claro de la piedra. Las cubiertas exteriores se rematan con una cornisa corrida, que no se interrumpe en las cuatro torres laterales. En los patios hay una balaustrada con esferas de piedra.

La fachada principal es la más alta y decorada. A cada lado de la puerta hay cuatro columnas toscanas de orden gigante y, sobre ella, el relieve de dos parrillas. La estatua de granito de San Lorenzo tiene la cabeza y manos de mármol. En la fachada norte se sitúa el Palacio de los Borbones y es la menos soleada. Por el contrario, en la fachada sur está la galería de convalecientes y el jardín de los frailes.

4. Patio de Reyes. Basílica

El Patio de Reyes es de forma rectangular y muy alargado. En él está colocada la última piedra( en el muro de la izquierda ). Consta de cinco arcadas gigantescas de medio punto, con columnas toscanas, sobre las que se asientan balcones. Sobre la cornisa, seis pedestales sostienen esculturas de los reyes de Judá( Josafat, Ezequías, David, Salomón, Josías y Manasés ).

La Basílica es lo último que se construyó. Consta de un gran atrio que sostiene el Coro, en donde se hallan los órganos del s. XVI y la sillería diseñada por Herrera, así como el enorme facistol de 4´5 ms de altura y la bellísima lámpara de araña de cristal de Bohemia del s.XVII. Las pinturas de los muros son frescos de Rómulo Cincinato con escenas sobre San Lorenzo y, de Lucas Cambiaso ( “la Gloria “ en la bóveda ).

Presenta una planta de cruz griega, con tres naves y gran crucero. Enormes pilares dividen las naves, llevan adosadas pilastras toscanas acanaladas, y sostienen los arcos de medio punto. El entablamento unifica y recorre la parte superior de las naves. Cuatro robustos pilares sostienen el grandioso cimborrio de 92 ms de altura y la cúpula. Originalmente las bóvedas estaban estucadas en blanco con estrellas azules, pero esta decoración se cambió en el s.XVII por los frescos de Lucas Jordán( “Triunfo de la Iglesia militante”, “Historia de David” en el antecoro,” “Resurrección de los muertos en el Juicio Final” en la bóveda de la nave central junto al coro, “El misterio de la Encarnación” sobre la Capilla de la Anunciación ). Aunque del s.XVI queda el fresco del altar mayor sobre la Coronación de la Virgen, de Lucas Cambiasso.

En la Basílica existen cuarenta y tres cuadros de santos, situados en altares o en el propio retablo. Se deben a pintores como Sánchez Coello( “San Jerónimo y San Agustín”, “San Esteban y San Lorenzo, mártires” ), Juan Fernández Navarrete(“San Juan y San Mateo”),Luís de Carvajal(“San Martín y San Nicolás”, “San Cosme y San Damián” ), Zuccaro( “Altar-relicario de la Anunciación”, “Cristo con la cruz a cuestas” o “La flagelación de Cristo” en el retablo mayor ), Pellegrino Tibaldi( “El martirio de San Lorenzo”, “La adoración de los pastores “ y “ La adoración de los Reyes Magos” en el retablo mayor ) o Rómulo Cincinato(“Martirio de S.Mauricio y la legión tebana”).

A derecha e izquierda del presbiterio están situados los cenotafios de Carlos V( 1597) y Felipe II (1600), realizados por los Leoni en un minucioso trabajo del bronce dorado al fuego. El presbiterio presenta un suelo de mármoles de diferentes colores, ya no sólo gris y blanco como las naves. El retablo del altar mayor sigue las trazas de Herrera: está realizado en mármol, jaspe y bronces ; presenta cuatro cuerpos, en cuyo interior hay lienzos rectangulares , y en los lados esculturas de bronce de los Leoni ( representando los cuatro doctores de la Iglesia abajo y, en el medio, los cuatro evangelistas, para terminar con cuatro apóstoles ). También es de los Leoni el Calvario de arriba. El Sagrario también lo diseñó Herrera y lo llevó a cabo el orfebre Jacomo Trezo: ocho columnas corintias sostienen una cúpula con linterna, en el interior el cilindro está muy adornado con nichos y puertas acristaladas, sobre la cornisa hay ocho pedestales con ocho apóstoles.

En una de las capillas de los pies está el Cristo de Benvenutto Cellini , tallado en mármol blanco en una sola pieza.

De la antesacristía destaca el fresco pompeyano de Nicolás Granello y el majestuoso lavamanos de mármol. La Sacristía es una amplia zona alargada abovedada, de 30 ms de largo por 9 de ancho, muy iluminada. De sus paredes cuelgan obras maestras de Ribera, Tiziano y Lucas Jordán, así como el gran lienzo de Claudio Coello de la “Adoración de la Eucaristía”. Los frescos del techo continúan el estilo pompeyano de Granello.

5. Panteón de los Reyes
El primitivo panteón no estaba en este lugar, éste es de la época de Felipe IV (1654). Por una puerta de mármol y bronce accedemos a él . Es de planta octogonal y, a la derecha, se sitúan las tumbas de los reyes realizadas en mármol oscuro con adornos de bronce . A la izquierda estarían las reinas que han dado herederos. Tiene un pequeño altar y está cubierto por una cúpula semiesférica.

Hay un segundo panteón, conocido como de Infantes, que se debe a una idea de Isabel II. Vió necesario construir un panteón dedicado a príncipes, infantes, regentes y reinas sin sucesión. Se lo encargó al arquitecto de palacio José Segundo de Lema en 1862, pero no se acabó hasta 1888. No posee uniformidad, se compone de nueve cámaras sepulcrales de plantas muy desiguales.

6. Biblioteca

Está situada en el eje principal, nada más entrar al Monasterio. Es una sala muy alargada e iluminada y, con gran riqueza ornamental. Posee exquisitos muebles de maderas de naranjo, caoba, nogal y cedro. La sala se divide en tres tramos con arcos sostenidos por pilastras. A partir de las estanterías la superficie está pintada al fresco por Tibaldi( la bóveda con alegorías de la artes liberales: gramática, retórica, dialéctica y aritmética ) y, en las paredes, las ciencias principales( filosofía y teología ).

7. Escalera principal. Patios. Zona conventual y colegio

La escalera principal comunica la zona conventual de los claustros menores con el patio de los Evangelistas o claustro mayor. La impresionante traza se debe a Juan Bautista Castello y los 52 peldaños de granito son de una sola pieza. Tibaldi decora los frescos de los muros, pero la franja de arriba y la bóveda está pintada por Lucas Jordán. Los frisos de los lados N, O y S representan la historia del asedio ,batalla y rendición de San Quintín; en el lado E la construcción del Monasterio, con Felipe II y los arquitectos Herrera y Toledo, así como el prior. En la bóveda está representada la Gloria y aparece el rey Carlos II, que fue quien se los encargó.

Los patios en el Escorial juegan un papel principal de organización espacial y de luz. Tienen un eje de simetría perfectamente definido. Es la línea E-O del Monasterio. El Patio de los Evangelistas se ve correspondido, en su traza general, por el del Palacio, y los cuatro del convento se igualan con los del antiguo seminario. El patio de los mascarones es el más pequeño y el primero en acabarse según las trazas de Toledo. El Patio de los Evangelistas presenta el encanto de su original templete con las esculturas de los cuatro evangelistas y tiene las mismas dimensiones que el patio de coches o del palacio de los Borbones.

Las salas capitulares y el refectorio se conservan tal cual, aunque la mayor parte de las colecciones de pintura han sido trasladadas al museo pictórico. De la parte del colegio lo más importante es el Crucificado de Lorenzo Bernini, en bronce dorado, y realizado para el panteón de los reyes por encargo de Felipe IV.

8. Palacio de los Austrias

Las estancias del Palacio de los Austrias se distribuyen alrededor del patio de Mascarones y a los lados de la capilla mayor de la iglesia. Formarían lo conocido vulgarmente como “mango de la parrilla”. La austeridad decorativa no está reñida con la belleza y refinamiento de los adornos: azulejos de los zócalos, tapices flamencos, puertas de taracea y marquetería alemana( como la que da entrada al Salón de Embajadores ), mapas, cordobanes , retratos( Pantoja de la Cruz, Antonio Moro), pintura flamenca.

El Rey se reserva la parte S, donde estaría su dormitorio, despacho u oratorio. Luego irían el vestíbulo, Salón del trono, antesala de Embajadores o sala de retratos. Simétricamente a las habitaciones del Rey estarían las de su hija, Isabel Clara Eugenia.

9. Palacio de los Borbones

Desde el principio se destinó a residencia de personas regias y de su séquito la mitad de la fachada N y la mitad de la del E. Estas zonas de los Austrias las transformaron Carlos III y Carlos IV con la misma decoración que el resto de los palacios borbónicos, sobre la que añadió Fernando VII su estilo imperio:
- Escalera de acceso encargada por Carlos IV a Juan de Villanueva
- Primera sala de paso, con la lámpara chinesca y las ornamentaciones de estilo pompeyano
- Sala de retratos con reproducciones de Goya
- Chinero, donde se guardan las porcelanas y vajillas de Sajonia,Sevres, Buen Retiro.
- Comedor de Gala. Destacan los tapices sobre cartones de Goya.
- Antecomedor, con una lámpara de bronce y porcelana del sXIX y los tapices del s.XVII( Teniers y Wouwerman )
- Antesala de Embajadores. Sillería de tipo imperio y tapices de cartones de Goya
- Salón de Embajadores. Decoración del techo de Vicente López y tapices de Bayeu.
- Oratorio de la Reina
- Antedormitorio Primero o sala de Rubens
- Antedormitorio Segundo
- Salón pompeyano
- Antedormitorio Tercero, con tapices de cartones de Goya y Bayeu
- Sala de Audiencias. Tapices de Bayeu, Castillo y Teniers y mobiliario neogótico.
- Dormitorio Primero o sala de música.
- Dormitorio de la reina MªLuísa de Parma. Dentro del mobiliario estilo imperio destaca la cama y el cambiador para infantes.
- Tocador
- Dormitorio del Rey Carlos IV
- Comedor de diario
- Oratorio del Rey
- Salas de maderas finas:
Se llaman así porque los pavimentos, puertas, ventanas, contraventanas, frisos y molduras, así como los muebles, son una obra delicada y minuciosa de ebanistería y taracea. Combinan maderas de diferentes texturas y colores( palosanto negro y amarillo, cedro , ébano, palo rosa ). Las empezó Carlos IV y luego se continuaron por el ebanista de cámara Angel Maeso ( desde 1815-1831 ).

Los dibujos son paisajes, jarrones con flores, lazos, colgantes, estrellas, grecas y asuntos más variados. Hasta los herrajes son de hierro con oro. Salvador Maella pintó todos los techos excepto el del anteoratorio. El conjunto lo formarían el Despacho del Rey, el Retrete, Anteroratorio y Oratorio.

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